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Las EPS obtuvieron durante el año pasado $39,9 billones en ingresos y dejaron pérdidas por cerca de $1,2 billones. Por su parte, los hospitales y clínicas dejaron billonarias utilidades. ¿Qué explica el fenómeno?
Los resultados del Sistema de Salud que acaba de revelar el Gobierno confirman lo que ya es un secreto a voces: que las clínicas y hospitales han sido las grandes favorecidas del régimen en los últimos años.
Eso explica, por ejemplo, que un grupo de prestadores se haya hecho a la millonaria licitación de Cafesalud, pues contarían con el músculo financiero suficiente para hacer ese tipo de movidas. Hoy las clínicas y hospitales son dueñas de una buena parte de las EPS del país, imponiendo con ello una nueva realidad en la que la integración vertical se hace de abajo hacia arriba, todo un reto regulatorio y de legislación.
De acuerdo con las más recientes cifras de la Superintendencia de Salud, las aseguradoras registraron el año pasado ingresos por $49,9 billones. De esta torta, la mayor participación corresponde a las EPS, que se llevaron $40 billones, mientras que los otros actores (ambulancias, prepagadas, pólizas, planes complementarios, ARL y Soat) registraron los otros $9,9 billones.
A pesar del abultado nivel de ingresos de las EPS (59,6% correspondiente a las EPS del régimen contributivo, 39,9% a las del subsidiado y 0,5% a entidades adaptadas al sistema) las promotoras o aseguradoras dejaron una pérdida neta superior a los $1,2 billones.
El balance de las aseguradoras es variopinto. Según el informe de la Superintendencia, “el subsector asegurador obligatorio (...) genera pérdidas por valor de $1,2 billones, de los cuales aproximadamente 15% son del contributivo y 85% del subsidiado, en el cual cuatro EPS incluyeron correcciones de ejercicios anteriores que no habían sido reconocidos y que fueron identificados por la Superintendencia”.
De acuerdo con la entidad de vigilancia y control, es claro que las EPS y las demás entidades del sector ya incluyeron en sus informes contables las normas Niif, lo que implica haber castigado la cartera en mora a más de 360 días y eso debería reflejarse en las utilidades; ello significa que estas cifras reflejan un estado contable muy cercano a la realidad. Sin embargo, es claro que en el sector estas entidades han sufrido el golpe de la cartera morosa y de las dificultades de caja.
Desde el punto de vista de las EPS, la principal señal de preocupación corresponde a las entidades del régimen subsidiado, pues de las 28 aseguradoras que registraron información, 18 reportaron pérdidas por cerca de $1,2 billones. Sin lugar a dudas, ese es uno de los aspectos que debe estar preocupando más al Ministerio de Salud sobre la situación general del régimen del sector, ya que se podría decir que actualmente el régimen subsidiado es el que está jalonando las pérdidas y amenazando la situación general del sistema. Cabe señalar que las cifras no incluyen el balance de la EPS Cafesalud, pues sus cifras están siendo revisadas. De haberse incorporado esos datos, es muy probable que el balance habría arrojado más resultados en rojo.
Ganadores
Mientras que por el lado de las EPS, la situación es crítica, por el de los hospitales y clínicas el panorama general es bastante alentador.
Las 6.041 IPS privadas y los hospitales públicos que entregaron información a las Superintendencia registraron el año pasado ingresos por $49 billones. Desde el punto de vista de las pérdidas y ganancias, los números también son favorables, por cuenta de que el segmento dejó utilidades por $1,93 billones. “Al interior de este subsector también se encuentran entidades que generan utilidades, así como entidades que generan pérdidas; no obstante, 82% de las entidades analizadas generaron utilidades por valor de $2,7 billones”, señala el informe.
Del total de IPS entre públicas y privadas que presentaron su información ante la Superintendencia, 4.937 fueron las que dejaron esa utilidad de $2,7 billones, mientras que 1.104 entidades dejaron una pérdida de $824.000 millones.
Esta es la radiografía de un sector que ha tenido un giro radical en los últimos años. En su momento, luego de la venta de la EPS Cafesalud al consorcio Prestasalud, el propio ministro de Salud, Alejandro Gaviria, como el superintendente del ramo, Norman Julio Muñoz, advirtieron que era claro que este nuevo estado de cosas, con unos hospitales y clínicas tomando el control de una gran EPS, mostraba una nueva tendencia en la estructura de capital del sector.
Foto: Norman Julio Muñoz, Superintendente de Salud.
Las billonarias utilidades de las clínicas y hospitales muestran que durante estos años han sido las que han recibido buena parte de los beneficios del sistema de salud.
El debate entre muchos críticos del régimen se basa en la premisa de que las EPS estaban dejando billonarias utilidades a costa de la salud de los colombianos. Sin embargo, la realidad ha empezado a mostrar que son las instituciones prestadoras las que están sacando provecho a través de sus millonarias utilidades. Esto termina reflejado en altos niveles de inversión en infraestructura hospitalaria y centros de alta complejidad.
Solo una cifra revela el gran revolcón que ha sufrido el sector en los últimos siete años: desde 2010 hasta 2016, en el país han sido edificados 1,4 millones de metros cuadrados con destino a hospitales y clínicas, lo que implica un promedio de 207.410 metros cuadrados por año.
Las nuevas cifras reveladas por la Superintendencia confirman la tendencia: que hospitales y clínicas han sido las grandes favorecidas del sistema. Esto implica enormes desafíos, pues pone en evidencia que son los accionistas de estas entidades, los nuevos poderosos del sistema. El tema es vital para los colombianos.