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Si 80% de los colombianos cree que su entidad de salud es buena o muy buena, ¿por qué algunos quieren cambiar el sistema?
Esa es la pregunta que queda en el aire, luego de conocerse los resultados que en materia de “Calidad del servicio de la entidad de salud” contiene la Encuesta de Calidad de Vida, que reveló el Dane recientemente.
Según las cifras, ocho de cada 10 colombianos considera que “la calidad del servicio de la entidad de seguridad social en salud a la que están afiliadas” es muy buena o buena. La cantidad de gente que cataloga como buena cayó de 74,4% de la encuesta de 2016, a 69,2% en 2017. No obstante, sorprende que la categoría “muy buena” prácticamente se duplicó, porque pasó de 5,8% en la encuesta de 2016 a 10,8% en el estudio de 2017. Si se tiene en cuenta que los resultados de las categorías “mala”, “muy mala” y “no sabe” apenas tuvo una variación de un punto básico, se podría interpretar, básicamente, que no solo la gente está contenta con su entidad de salud, sino que su percepción viene mejorando.
El Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, aseguró que “el resultado coincide con las encuestas de calidad que realizamos en el Ministerio. Es un fenómeno complejo: cuando a los ciudadanos se les pide una evaluación general del sistema de salud, suelen tener una opinión desfavorable, pero cuando se les pide una evaluación específica, manifiestan altos niveles de satisfacción”.
El alto funcionario considera que en la percepción negativa del sistema en general hay un problema con las generalizaciones de los medios de comunicación que “convierten el caso aislado, eventualmente el más dramático, en una generalidad. En la radiografía total del sistema. Y, para empeorar las cosas, los sesgos negativos se acentúan en las redes sociales que, ya es sabido, tienen mayor capacidad para expandir las malas noticias que las buenas”.
El director de Misión Salud, una ONG que busca defender los derechos de los usuarios en materia de medicamentos, se mostró sorprendido con los resultados del estudio. Según él, “de acuerdo con el propio gobierno, en el documento que contiene la política farmacéutica nacional que es un Conpes, una tercera parte de los medicamentos que se formulan dentro del sistema no llega a las personas, bien porque no los entregan o bien porque llegan a las personas tarde o porque se los entregan pero incompletos. Eso es gravísimo, pues, por ejemplo, en un tratamiento de sida si a un paciente le dan los medicamentos incompletos es como si no se los hubieran dado”.
Así que, para Holguín, sí hay problemas que siguen afectando a los usuarios del sistema. Aún así explicó que resulta “grato saber que haya mejorado la percepción de la gente. Sin embargo uno oye mucha queja sobre la demora en la asignación de citas; alguien tiene una urgencia y la cita es para dentro de mes y medio ese tipo de cosas. Me sorprende. Ojalá así sea”.
Por su parte, Jaimer Arias, presidente de Acemi, agremiación de las EPS, aseguró que "la encuesta del Dane y la encuesta del Ministerio de Salud son las más sólidas, cada una con más de 20.000 encuestados; ambas coinciden en que las personas que han tenido contacto con el sistema están satisfechas y han tenido una experiencia positiva que contrasta con las opiniones políticas de muchos ciudadanos".